El arte de las estimaciones en el Desarrollo de Software

El arte de las estimaciones en el Desarrollo de Software

Enrique Pérez • 2024-08-10

Estimados colegas desarrolladores, expertos en código y gestores de proyectos, bienvenidos a una exploración de uno de los aspectos más desafiantes de nuestra profesión: el arte de las estimaciones en el desarrollo de software.

Imaginen un mundo donde el tiempo es un concepto flexible, los requisitos evolucionan constantemente, y la complejidad se esconde en los detalles más pequeños de cada proyecto. Este es el fascinante universo de las estimaciones, donde nuestras mejores previsiones se enfrentan regularmente a la imprevisible realidad del desarrollo.

En este viaje, exploraremos las alegrías, los dolores de cabeza y las lecciones aprendidas en el noble intento de predecir lo impredecible. Desde el optimismo inicial de creer que podemos anticipar cada eventualidad, hasta la sabia aceptación de que la flexibilidad y la adaptabilidad son tan importantes como la precisión.

Prepárense para reír, tal vez llorar un poco, y sobre todo, para reconocer esas situaciones que todos hemos vivido pero de las que rara vez hablamos en las retrospectivas. Porque en el fondo, ¿qué es el desarrollo de software sino un constante ejercicio de adaptación, aprendizaje y, ocasionalmente, magia pura?

Así que ajústense los cinturones de sus sillas ergonómicas y acompáñenme en este recorrido por varias verdades universales de las estimaciones en el desarrollo de software. Prometo que será un viaje más impredecible que un bug en producción, pero definitivamente más divertido que una reunión de planificación de cuatro horas.

La ilusión de la certeza
Recuerdo cuando creía poder predecir el futuro con la precisión de un reloj suizo. "Esto tomará dos días, máximo", decía con la confianza de quien nunca ha visto su código explotar misteriosamente en producción. Spoiler: tomó una semana, involucró tres librerías que no sabía que existían, y aprendí que la certeza en el desarrollo es tan real como un unicornio programador que escribe documentación perfecta.

Es aquí donde todos debemos reconocer que nuestra pasión y confianza en nuestras habilidades pueden llevarnos a subestimar la complejidad de las tareas. A menudo, el optimismo puede ser un arma de doble filo. Aunque nos impulsa hacia adelante, también puede cegarnos ante los potenciales obstáculos. Por eso, es crucial hacer una pausa y considerar los posibles desafíos que podrían surgir.

El fenómeno de la tarea expansiva
Es fascinante cómo una "simple feature" puede convertirse en un proyecto digno de una saga épica. Empiezas pensando en añadir un botón y terminas reescribiendo medio backend, cuestionando tus decisiones de vida y considerando una carrera en jardinería. Lo que parece ser una tarea sencilla a menudo se convierte en un complejo enredo de dependencias y requisitos no anticipados.

Este fenómeno nos recuerda que, en desarrollo de software, no existen las tareas realmente simples. Cada función nueva puede desenterrar complicaciones ocultas, y estar preparados para ello es esencial. Al planificar nuestras estimaciones, debemos recordar que la simplicidad aparente rara vez refleja la realidad del código.

La trampa del alcance cambiante
Ah, el famoso "scope creep". Comienza con un inocente "¿Y si añadimos...?" y antes de que te des cuenta, estás construyendo el próximo Facebook. Aquí es donde la habilidad de decir "no" (o al menos, "no ahora") se convierte en una herramienta crítica en nuestra caja de herramientas.

El alcance cambiante es uno de los mayores retos en la gestión de proyectos. Cada nueva solicitud, por más pequeña que parezca, puede alterar significativamente el tiempo y los recursos necesarios. Aprender a negociar y gestionar estas expectativas es clave para mantener el control del proyecto.

El mito de la tarea rápida
"Esto solo tomará cinco minutos" - Famosas últimas palabras antes de un maratón de debugging de 3 horas, 2 crisis existenciales y 1 pedido de pizza de emergencia. He aprendido que en desarrollo, "rápido" es un concepto tan relativo como el tiempo en un agujero negro o la duración de una "reunión rápida" con el equipo de marketing.

Aquí es importante recordar que debemos ser realistas con nuestras estimaciones, incluso para las tareas que parecen triviales. Subestimar el tiempo necesario puede llevar a un efecto dominó en el resto del proyecto. Ser cauteloso y dar un pequeño margen adicional para lo inesperado puede salvarnos de muchos dolores de cabeza.

La montaña rusa del 90% completado
Llegar al 90% es como subir la primera gran pendiente de una montaña rusa: emocionante, te sientes imparable. Luego viene ese último 10%, y de repente estás en caída libre, dando vueltas y gritando. De alguna manera, ese pequeño porcentaje se convierte en un viaje más largo y turbulento que todo lo anterior. Esta experiencia común subraya la importancia de no subestimar el esfuerzo necesario para los detalles finales. Lo que parece un pequeño ajuste puede requerir una cantidad significativa de tiempo y esfuerzo, y es vital reconocer y planificar para ello.

El arte del equilibrio en las estimaciones
Ni calvo ni con 2 pelucas. Ni demasiado optimista, ni muy pesimista. El truco está en encontrar ese punto medio donde tu estimación no provoque risas histéricas ni llantos incontrolables en tu jefe de proyecto. Un enfoque balanceado, que considere tanto las mejores como las peores posibilidades, es esencial para entregar resultados confiables.

La danza de la negociación de plazos
Es un baile delicado, una mezcla entre tango y breakdance. Tú dices dos semanas, ellos escuchan dos días, y de alguna manera terminan acordando un plazo que desafía las leyes de la física y la cordura. Aquí es donde la comunicación clara y la gestión de expectativas juegan un papel crucial.

Negociar plazos es un arte que todos debemos dominar. Saber cómo presentar estimaciones realistas, respaldadas por datos y experiencia, y cómo manejar las expectativas de los stakeholders, es fundamental para el éxito de cualquier proyecto.

"Funciona en mi máquina" - Un mantra moderno
La frase más temida en desarrollo, justo después de "vamos a reescribir todo en un nuevo framework". Es el equivalente tecnológico de "el perro se comió mi tarea". Lección aprendida: lo que funciona en tu máquina de desarrollador puede tener un ataque de pánico existencial en producción, cuestionando su propósito en la vida y negándose a cooperar.

Siempre es importante recordar la necesidad de pruebas robustas y entornos de staging que reflejen con precisión la producción. Esto puede ayudar a evitar sorpresas desagradables cuando el código finalmente se despliega.

En fin...
Estimar en el desarrollo de software es como tratar de predecir el clima en un mundo de constante cambio: a veces acertamos, a veces nos equivocamos por completo, y otras veces nos sorprendemos con resultados inesperados. La clave está en aprender de cada proyecto y mejorar continuamente nuestro proceso.

Debemos reconocer que los proyectos rara vez salen exactamente como los planeamos. Los imprevistos son más la norma que la excepción. Por ello, es fundamental cultivar un equilibrio entre el optimismo que nos impulsa y el realismo que nos ancla. Debemos aprender a considerar no solo el mejor escenario posible, sino también los potenciales desafíos y complicaciones.

En otro artículo veremos técnicas para mejorar las estimaciones de proyectos. Y ahora, si me disculpan, tengo que ir a explicar por qué esa "pequeña corrección de último minuto" acaba de transformar nuestro sprint en una ultramaratón.

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